El templo es una buena fábrica del Gótico-renacimiento situada en la atalaya del pueblo, desde donde se domina toda la llanura del valle del Ebro. Sobresale por encima de otros elementos su aspecto de bloque defensivo debido a la espadaña con torre almenada que se adosa a los pies del edificio. Debió ser construido entre los últimos años del siglo XV y el primer tercio del siglo XVI, con un vocabulario todavía gótico en soportes y bóveda pero, al tiempo, con una búsqueda del espacio y las proporciones renacentistas. A esta estructura ya completada se añadió el pórtico en el siglo XVIII, y se sustituyeron el coro y la sacristía por otros nuevos también en la década de los setenta de ese siglo.
De cualquier manera, lo que hoy vemos es una segunda edificación, pues incluso en sus propios muros quedan vestigios reaprovechados de una anterior, seguramente románica, como diversos paramentos de una coloración diferente que formarían la base original de un templo de los últimos años del siglo XII.
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