Muestra de las mansiones palaciegas promovidas por los hidalgos mirandeses a lo largo del siglo XVI, en el periodo de estabilidad social que sucedió a los prolongados conflictos entre los Señores de la zona. Hoy Casa Parroquial, fue construida entre 1540 y 1550 por Juan de Urbina -capitán al servicio de Carlos V y miembro de una familia principal de la localidad- y su esposa María de Frías Salazar.
Posee una estructura medieval, sorprendente dada la época en que fue edificada, apuntando incluso una cierta fisonomía defensiva en los torreones cilíndricos de sus ángulos frontales.
Levantada en piedra de sillería conforme a un criterio de verticalidad, con planta baja y tres pisos. La distribución de sus vanos es marcadamente irregular; así, la puerta principal ocupa el extremo izquierdo, y los balcones del piso noble obvian toda voluntad de simetría. Lo compacto de su porción media, caracterizada por los espacios ciegos, contrasta con el gran número de ventanas de su planta superior, seis, casi colindantes con la cornisa. Tal vez este piso superior se incluía en las obras acometidas en 1666 por Juan Antonio de Urbina.
En 1655 se hospedó, y falleció, aquí Margarita de Saboya, virreina de Portugal. En 1660, era el rey Felipe IV -que acompañaba a su hija María Teresa a su enlace matrimonial con el monarca Luis XIV de Francia- quien descansaba en sus estancias.
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